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CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO
LIBRO IV DE LA FUNCIÓN DE SANTIFICAR DE LA IGLESIA (Cann. 834-1253) PARTE III DE LOS LUGARES Y TIEMPOS SAGRADOS (Cann.1205-1253) TÍTULO I DE LOS LUGARES SAGRADOS (Cann. 1205-1243)
CAPÍTULO III
DE LOS SANTUARIOS (Cann. 1230-1234)
1230 Con el nombre de santuario se designa una iglesia u otro lugar sagrado al que, por un motivo peculiar de piedad, acuden en peregrinación numerosos fieles, con aprobación del Ordinario del lugar.
1231 Se requiere la aprobación de la Conferencia Episcopal para que un santuario pueda llamarse nacional; y la aprobación de la Santa Sede, para que se le denomine internacional.
1232
§ 1. Corresponde al Ordinario del lugar aprobar los estatutos de un santuario diocesano; a la Conferencia Episcopal, los de un santuario nacional; y sólo a la Santa Sede los de un santuario internacional.
§ 2. En los estatutos se han de determinar sobre todo el fin, la autoridad del rector, y el dominio y administración de los bienes.
1233 Se pueden conceder determinados privilegios a los santuarios cuando así lo aconsejen las circunstancias del lugar, la concurrencia de peregrinos y, sobre todo, el bien de los fieles.
1234 §
1. En los santuarios se debe proporcionar abundantemente a los fieles los medios de salvación, predicando con diligencia la palabra de Dios y fomentando con esmero la vida litúrgica principalmente mediante la celebración de la Eucaristía y de la penitencia, y practicando también otras formas aprobadas de piedad popular.
§ 2. En los santuarios o en lugares adyacentes, consérvense visiblemente y custódiense con seguridad, los exvotos de arte popular y de piedad.
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Oración del enfermo con cáncer
RECORRIDO DE LA IMAGEN PEREGRINA 2021-2022
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𝐀𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐂𝐚𝐧𝐨𝐧𝐢𝐳𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧
21.Mayo.2022
San Bernabé de Jesús Méndez Montoya.
Ruega por nosotros
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San Bernabé de Jesús Méndez Montoya - Ruega por nosotros.
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RECORRIDO DE LA IMAGEN PEREGRINA POR LAS COMUNIDADES
FIESTA SOLEMNE - SAN BERNABÉ DE JESÚS MÉNDEZ MONTOYA -
Bodas Comunitarias -
Fiesta en Honor a san Bernabé de Jesús Méndez Montoya
"La Sangre de los Mártires es Semilla de Cristianos"
"HOY ES EL GRAN DÍA"
"San Bernabé de Jesús Méndez Montoya"
CONMEMORACIÓN EN TARIMBARO DEL MARTIRIO DEL PADRE JESÚS MÉNDEZ MONTOYA, PRIMER SANTO MICHOACANO.
5 DE FEBRERO YA NUNCA SE OLVIDA ..
"HOY ES EL GRAN DÍA"
"San Bernabé de Jesús Méndez Montoya"
CONMEMORACIÓN EN TARIMBARO DEL MARTIRIO DEL PADRE JESÚS MÉNDEZ MONTOYA, PRIMER SANTO MICHOACANO.
5 DE FEBRERO YA NUNCA SE OLVIDA ..
San Bernabé de Jesús Méndez Montoya,
Sacerdote, Martir y Santo.
Nació en Tarímbaro el 10 de junio de 1880. Ingresó al seminario de Michoacán a los 14 años. Recibió la ordenación sacerdotal en 1906 y ejerció su ministerio en diversas parroquias. Fue un sacerdote dedicado a los fieles, asiduo en el confesionario, en la atención inmediata a los enfermos y en atender a las asociaciones parroquiales.
Agotados los recursos legales para derogar la "ley calles" comenzó la lucha armada. Algunos vecinos de Valtierrilla quisieron sumarse a los cristeros, pero fueron delatados y se sofocó el levantamiento en el que el P. Méndez no había tenido participación alguna. En 1928, al entrar los federales al pueblo, el P. Méndez, que acababa de celebrar una misa, trató de esconderse y salió de la iglesia llevando el copón debajo de la tilma.
Los soldados lo vieron y lo registraron, y al encontrar el copón lo reconocieron y lo tomaron prisionero. Logró consumir las hostias consagradas. La tropa lo llevó cerca de la plaza; lo sentaron en un tronco y comenzaron a dispararle, aunque ningún disparo hizo blanco. Entonces el oficial lo puso de pie, lo registraron de nuevo quitándole su crucifijo y medallas, y le dispararon hasta que cayó muerto. Los soldados se llevaron el cuerpo y lo pusieron en la vía del tren para que fuera despedazado, pero las mujeres de los oficiales lo quitaron de allí y permitieron que fuera velado y sepultado en Cortázar.
Fue beatificado el 22 de noviembre de 1992 y fue canonizado el 21 de mayo del 2000.
Sacerdote, Martir y Santo.
Nació en Tarímbaro el 10 de junio de 1880. Ingresó al seminario de Michoacán a los 14 años. Recibió la ordenación sacerdotal en 1906 y ejerció su ministerio en diversas parroquias. Fue un sacerdote dedicado a los fieles, asiduo en el confesionario, en la atención inmediata a los enfermos y en atender a las asociaciones parroquiales.
Agotados los recursos legales para derogar la "ley calles" comenzó la lucha armada. Algunos vecinos de Valtierrilla quisieron sumarse a los cristeros, pero fueron delatados y se sofocó el levantamiento en el que el P. Méndez no había tenido participación alguna. En 1928, al entrar los federales al pueblo, el P. Méndez, que acababa de celebrar una misa, trató de esconderse y salió de la iglesia llevando el copón debajo de la tilma.
Los soldados lo vieron y lo registraron, y al encontrar el copón lo reconocieron y lo tomaron prisionero. Logró consumir las hostias consagradas. La tropa lo llevó cerca de la plaza; lo sentaron en un tronco y comenzaron a dispararle, aunque ningún disparo hizo blanco. Entonces el oficial lo puso de pie, lo registraron de nuevo quitándole su crucifijo y medallas, y le dispararon hasta que cayó muerto. Los soldados se llevaron el cuerpo y lo pusieron en la vía del tren para que fuera despedazado, pero las mujeres de los oficiales lo quitaron de allí y permitieron que fuera velado y sepultado en Cortázar.
Fue beatificado el 22 de noviembre de 1992 y fue canonizado el 21 de mayo del 2000.
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RELIQUIA
Etim. latín: reliquiae, restos
Las reliquias pueden ser de tres grados:
1er grado: un fragmento del cuerpo.
2do grado: un fragmento de su ropa o de algo que el santo usaba durante su vida.Declaraciones de la Iglesia sobre las reliquias:
La Iglesia aprueba la veneración de reliquias auténticas. (Concilio de Trento)
· Ley Canónica, #1190.
1. Está terminantemente prohibido vender reliquias sagradas.
2. Las reliquias insignes así como aquellas otras que gozan de gran veneración del pueblo no pueden en modo alguno enajenarse válidamente o trasladarse a perpetuidad sin licencia de la Sede Apostólica.
Etim. latín: reliquiae, restos
Las reliquias pueden ser de tres grados:
1er grado: un fragmento del cuerpo.
2do grado: un fragmento de su ropa o de algo que el santo usaba durante su vida.Declaraciones de la Iglesia sobre las reliquias:
La Iglesia aprueba la veneración de reliquias auténticas. (Concilio de Trento)
· Ley Canónica, #1190.
1. Está terminantemente prohibido vender reliquias sagradas.
2. Las reliquias insignes así como aquellas otras que gozan de gran veneración del pueblo no pueden en modo alguno enajenarse válidamente o trasladarse a perpetuidad sin licencia de la Sede Apostólica.
Conmemoración en Tarímbaro
por el 24 aniversario de la Beatificación del Padre JESÚS MÉNDEZ (San Bernabé).1992 - 22 NOVIEMBRE - 2016.
LA CUNA DEL PADRE MÉNDEZ.
En lo que antes era la orilla del pueblo, en una casita muy humilde en el barrio de San Marcos, en la cabecera municipal de Tarímbaro, nació, el 10 de junio de 1880 un niño que llevó por nombre J.Bernabé de Jesús Méndez Montoya, de una familia muy pobre que se componía de 10 hermanos, la casa era de adobe, adobe que cobijó al niño, al adolescente, al estudiante, al joven campesino, al entusiasta seminarista, al hombre, al santo, donde vio la primera luz el niño Méndez Montoya, ahí creció y usando calzón de manta ayudaba a su padre en las labores del campo y en la carpintería. En el templo parroquial, a su tiempo recibió los sacramentos del bautismo, la confirmación y la eucaristía.Bajo esas tejas de barro dormía y en sus sueños se veía sacerdote, por eso con mucha ilusión terminó su instrucción primaria en la escuela del lugar. Entre esas paredes se llenó de amor y pobreza material,pero se hizo rico para repartir la fortuna de la caridad.
El hermano de pila, donde al niño J. Jesús Bernabé Méndez Montoya le impusieron el líquido bautismal, ahí fuimos bautizados muchos Tarimbarenses. El niño obediente en la escuela primaria y en el catecismo, de misa y rosario diario.En ese piso de tierra se hincó el adolescente y recibió en sus manos abiertas las lágrimas de su madre cuando se consagraba a Dios. En el seminario forjó su temple en el espíritu de entrega. El seminarista de conducta intachable que en vacaciones ayudaba a sus padres en las labores del campo y la carpintería y hasta daba clases en una escuelita, era amable y cariñoso con los niños, pobres y los enfermos con quienes ponía en práctica la medicina homeopática.
Se ordenó sacerdote el 03 de junio de 1906, en la festividad del sagrado corazón de Jesús.Sus primeras actividades pastorales las ejerció como vicario en Huetamo y Pedernales, en la tierra caliente de Michoacán.Se daba tiempo para todo: fundar escuelas parroquiales, formar bandas de música, reuniones con niños, jóvenes y adultos para aconsejarlos y fortalecerlos, fundar cooperativas de consumo y abrir cajas de ahorro para prestar sin réditos y confesaba a grandes multitudes, y hasta un sabio sacerdote,maestro del seminario de Morelia quien dijo sacar muchos frutos y salía reconfortado de sus confesiones al Padre Méndez. Hoy se ha levantado una pequeña capilla–oratorio en el lugar mismo donde un día se desprendió de todo lo humano y abrazó la santidad. Y en el Atrio Parroquial, donde seguramente corrió y jugó, donde aumentó su amor por Cristo a la hora del catecismo, ahí se ha construido también un Altar-Monumento labrado en cantera y en medio de él, la imagen de bronce de San Bernabé, a donde llegan las mujeres con sus niños para agradecerle o para implorar algún favor recibido ya sea económico y principalmente de salud, también llegan los jóvenes hombres y mujeres a pedir por un mejor futuro y para que sus ilusiones se realicen.Llega también el campesino que se quita el sombrero ante la imagen, también le pide porque su trabajo sea redituable y que su cosecha le favorezca, todos llegan a venerar a San Bernabé, el benefactor de los pobres, llegan desde muy lejos gentes que ni lo conocen pero que por la fe y la devoción vienen a conocerlo.
Es el Santo que conocieron nuestros bisabuelos, que convivieron con él, del que recibieron sus sabios consejos y que sonrió a los niños de aquel entonces y al que besaron sus manos consagradas el día de su cantamisa en el monumental Templo Parroquial y que igual se extasiaba contemplando la belleza maternal de la imagen más amada de los Tarimbarenses, Nuestra Señora de la Escalera.Durante la persecución religiosa, estando como vicario en Valtierrilla, Guanajuato, mucha gente le decía “Padrecito, vámonos a esconder al cerro” a lo que contestó: “Jamás abandonaré mi rebaño, no pasará nada, además que dicha sería ser mártir”.El domingo 05 de febrero de 1928, al levantarse se le oyó decir:
“Hoy es el gran día”, frase que escucharon los que estaban cerca de él, incluyendo su hermana Luisa. Frase que repitió varias veces antes de oficiar la santa misa.Más tarde entraría el ejército callista al pueblo a buscar cristeros, estando por terminar la misa se escucharon los primeros balazos y tomando el copón con las hostias consagradas, apenas tuvo tiempode esconderlo. Pero fue descubierto y lo aprehendieron, suplicó a los soldados que le entregaran las hostias, y después de comulgar dijo a su hermana Luisa: “Cuídenlo y déjenme a mí, Dios proveerá”. Lo sacaron del atrio a empujones 8 soldados y a media cuadra, en una calle que ahora se llama Jesús Méndez, junto a unos magueyes le dispararon los ocho soldados, tres veces cada uno y ningún dispar o hizo blanco, un oficial lo esculcó y le quitó un crucifijo y al abrir el Padre los brazos en cruz le disparó el soldado en la sien izquierda, el Padre cayó bendiciendo a los soldados. Muchas gentes se acercaron a empapar lienzos con la sangre para conservarlos como reliquia.
Eran como las 7 de la mañana. El Padre estaba muerto a la vista de todos. Ese fue “el gran día” para él.Aunque ya tenía fama de santo, en su tumba empezó la veneración e invocando su intercesión Dios otorgaba desde entonces muchos milagros. Personas de edad avanzada platican a sus hijos, nietos y familiares lo que él hizo y como murió por Cristo, se encomiendan a él en sus necesidades pues aseguran haber recibido por su intercesión curaciones y milagros, milagros que van creciendo, milagros documentados y firmados por doctores que no se explican las curaciones, y que solo saben que fue invocado el Padre Méndez. A partir de entonces se le conoció como Siervo de Dios y cuarenta y cinco años después se inició el proceso de beatificación y fue elevado a los altares.
CRÓNICA A Y TESTIGO DE LA BEATIFICACIÓN DEL PADRE JESÚS MÉNDEZ MONTOYA.
J. Manuel Lara Martínez, Cronista. – CD. Del Vaticano, (Roma, Italia) 22 de noviembre de 1992.
Más de diez mil mexicanos estuvimos presentes en la basílica de San Pedro en el Vaticano con motivo de la beatificación de 25 mártires de México que ofrendaron sus vidas por Cristo rey durante la persecución religiosa de 1917 a 1929.Fue de manera muy especial, emocionante para los Tarimbarenses y michoacanos que tuvimos la dicha de ser testigos presenciales de este hecho histórico, pues el Padre Méndez fue de entre todos el único Michoacano (de Tarímbaro) y que hoy está en los altares del templo de esta cabecera parroquial, en Huetamo, en Pedernales, en la catedral de Tacámbaro, en la catedral de Morelia, en el estado de Michoacán y en el templo parroquial de Valtierrilla, en el estado de Guanajuato. Para nosotros como católicos y por lo que este acontecimiento encierra fue una ceremonia inolvidable,todavía cierro los ojos, me veo y me siento ahí, en la nave central de la basílica sudando y temblando de emoción.
Todo inició a las 08:30 a.m. del día 22 de noviembre, en la festividad de Cristo rey cuando entramos a la imponente Basílica (previamente nos entregaron un tarjetón para indicarnos el lugar que habríamos de ocupar) que se vistió de gala con todas las luces encendidas. A los lados del altar había dos pinturas que fueron descubiertas al momento de la beatificación, una representaba a los mártires elevándoseen el aire y Cristo los esperaba con los brazos abiertos, el otro, la imagen de la única mujer beatificada,la madre sor María de Jesús Sacramentado Venegas. Algunos sacerdotes y religiosas narraron parte dela vida y obra de los mártires.A las 09:30 a.m. aparecieron formados por la puerta lateral derecha un grupo de obispos, luego otro grupo de cardenales y al final apareció la figura tan esperada de S.S. Juan Pablo II custodiado por doce guardias suizos, en todo el ambiente se escuchaba un coro monumental que entonaba “tú eres Pedro…”.Los aplausos y las lágrimas nos hacían palpitar más aprisa el corazón, sobre todo cuando pasó el Papa sonriendo y saludando junto a nosotros, solo nos separaba de él una valla de madera, a un metro de nosotros pasó el Papa.
Con nuestras cámaras en las manos no sabíamos qué hacer, si gritar, cantar o reír porque un nudo nos lastimaba la garganta, solo atinábamos a grabar en nuestros ojos y en nuestra mente aquella figura, aquella cara, aquella mano que se movía bendiciendo a todos a su paso. Fueron unos minutos que sentimos no estar en la tierra, algo que no se puede decir con palabras y que sí se quedaba grabado para siempre en el corazón y en el recuerdo.Antes de las lecturas se realizó el rito de la beatificación.
Rito de la beatificación.Se acercó a la cátedra del santo padre y a nombre de los obispos mexicanos el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo y pidió que se procediera a la beatificación de los venerables siervos de Dios y mártires mexicanos.“Beatísimo padre, los ordinarios de Guadalajara, Durango, Chihuahua, Morelia, Chilpancingo-Chilapa y Colima humildemente pedimos a su santidad se digne incluir en el número de los beatos a los venerables siervos de Dios y a María de Jesús Sacramentado Venegas, virgen, fundadora de la congregación de las hijas del sagrado corazón de Jesús.Todos de pie, tan solo el santo padre permanece sentado y pronuncia solemnemente la:Fórmula de la beatificación.“Nos, acogiendo el deseo de nuestros hermanos Juan Jesús cardenal Posadas Ocampo, arzobispo deGuadalajara, Antonio López Ávila, arzobispo de Durango, José Fernández Arteaga, arzobispo de Chihuahua, Estanislao Alcaraz Figueroa, Arzobispo de Morelia, Efrén Ramos Salazar, obispo de Chilpancingo-Chilapa y Gilberto Valbuena Sánchez, Obispo de Colima y de los postuladores, así como de otros muchos hermanos fieles, después de haber escuchado el parecer de la congregación para las causas de los santos, con nuestra autoridad apostólica declaramos que los venerables siervos de Dios Cristóbal Magallanes y 24 compañeros mártires y María de Jesús Sacramentado Venegas, virgen, de ahora en adelante pueden ser llamados beatos, y se podrá celebrar su fiesta, en los lugares y en el modo establecido por el derecho cada año en el día 25 de mayo para Cristóbal Magallanes y 24 compañeros mártires, y el 30 de junio para María de Jesús Sacramentado Venegas, virgen, día de su nacimiento al cielo.En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.El coro cantó: Cristo vence, Cristo reina, Cristo, Cristo impera. Y en la morada de los santos resplandecen coronados de gloria tus siervos que amorosamente interceden por nos.El cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo agradece al santo padre por la beatificación recién realizada.
“Beatísimo padre, los ordinarios de Guadalajara, Durango, Chihuahua, Morelia, Chilpancingo-Chilapa agradecen de todo corazón a su santidad haber proclamo hoy beatos a los venerables siervos de Dios Cristóbal Magallanes y 24 compañeros mártires y María de Jesús sacramentado Venegas, virgen”. Elsanto padre entona: gloria in Excelsis Deo. Juan Pablo II exaltó las virtudes de heroísmo, santidad yfidelidad de los mártires mexicanos que son ejemplo para los católicos.Y el himno guadalupano se escuchó, “Desde el cielo una hermosa mañana, la Guadalupana, laGuadalupana bajó al Tepeyac”… El Santo Padre volvió a pasar cerca de nosotros, aquel en quien lasenfermedades, las operaciones y los problemas han dejado su huella.Salimos a la enorme plaza y en diez minutos se asomó el Papa por una ventana de la residencia papal ydesde ahí nos bendijo, bendijo a la ciudad y al mundo y refiriéndose a la gran cantidad de mexicanosque estábamos en la plaza dijo: “Virgen de Guadalupe, ya les di la bendición a los tuyos, adiósmexicanos, adiós”.De pronto todos empezamos a corear ¡México!, ¡México!, ¡México!Y nos dejó imaginando verlo todavía apretando las reliquias que nos había bendecido momentos antes.
Los grupos de mariachis lanzaron al viento sus notas musicales y entonamos canciones mexicanas. Nos fuimos retirando poco a poco con una emoción que ahora nos embarga cuando recordamos aquellos inolvidables momentos.
En lo que antes era la orilla del pueblo, en una casita muy humilde en el barrio de San Marcos, en la cabecera municipal de Tarímbaro, nació, el 10 de junio de 1880 un niño que llevó por nombre J.Bernabé de Jesús Méndez Montoya, de una familia muy pobre que se componía de 10 hermanos, la casa era de adobe, adobe que cobijó al niño, al adolescente, al estudiante, al joven campesino, al entusiasta seminarista, al hombre, al santo, donde vio la primera luz el niño Méndez Montoya, ahí creció y usando calzón de manta ayudaba a su padre en las labores del campo y en la carpintería. En el templo parroquial, a su tiempo recibió los sacramentos del bautismo, la confirmación y la eucaristía.Bajo esas tejas de barro dormía y en sus sueños se veía sacerdote, por eso con mucha ilusión terminó su instrucción primaria en la escuela del lugar. Entre esas paredes se llenó de amor y pobreza material,pero se hizo rico para repartir la fortuna de la caridad.
El hermano de pila, donde al niño J. Jesús Bernabé Méndez Montoya le impusieron el líquido bautismal, ahí fuimos bautizados muchos Tarimbarenses. El niño obediente en la escuela primaria y en el catecismo, de misa y rosario diario.En ese piso de tierra se hincó el adolescente y recibió en sus manos abiertas las lágrimas de su madre cuando se consagraba a Dios. En el seminario forjó su temple en el espíritu de entrega. El seminarista de conducta intachable que en vacaciones ayudaba a sus padres en las labores del campo y la carpintería y hasta daba clases en una escuelita, era amable y cariñoso con los niños, pobres y los enfermos con quienes ponía en práctica la medicina homeopática.
Se ordenó sacerdote el 03 de junio de 1906, en la festividad del sagrado corazón de Jesús.Sus primeras actividades pastorales las ejerció como vicario en Huetamo y Pedernales, en la tierra caliente de Michoacán.Se daba tiempo para todo: fundar escuelas parroquiales, formar bandas de música, reuniones con niños, jóvenes y adultos para aconsejarlos y fortalecerlos, fundar cooperativas de consumo y abrir cajas de ahorro para prestar sin réditos y confesaba a grandes multitudes, y hasta un sabio sacerdote,maestro del seminario de Morelia quien dijo sacar muchos frutos y salía reconfortado de sus confesiones al Padre Méndez. Hoy se ha levantado una pequeña capilla–oratorio en el lugar mismo donde un día se desprendió de todo lo humano y abrazó la santidad. Y en el Atrio Parroquial, donde seguramente corrió y jugó, donde aumentó su amor por Cristo a la hora del catecismo, ahí se ha construido también un Altar-Monumento labrado en cantera y en medio de él, la imagen de bronce de San Bernabé, a donde llegan las mujeres con sus niños para agradecerle o para implorar algún favor recibido ya sea económico y principalmente de salud, también llegan los jóvenes hombres y mujeres a pedir por un mejor futuro y para que sus ilusiones se realicen.Llega también el campesino que se quita el sombrero ante la imagen, también le pide porque su trabajo sea redituable y que su cosecha le favorezca, todos llegan a venerar a San Bernabé, el benefactor de los pobres, llegan desde muy lejos gentes que ni lo conocen pero que por la fe y la devoción vienen a conocerlo.
Es el Santo que conocieron nuestros bisabuelos, que convivieron con él, del que recibieron sus sabios consejos y que sonrió a los niños de aquel entonces y al que besaron sus manos consagradas el día de su cantamisa en el monumental Templo Parroquial y que igual se extasiaba contemplando la belleza maternal de la imagen más amada de los Tarimbarenses, Nuestra Señora de la Escalera.Durante la persecución religiosa, estando como vicario en Valtierrilla, Guanajuato, mucha gente le decía “Padrecito, vámonos a esconder al cerro” a lo que contestó: “Jamás abandonaré mi rebaño, no pasará nada, además que dicha sería ser mártir”.El domingo 05 de febrero de 1928, al levantarse se le oyó decir:
“Hoy es el gran día”, frase que escucharon los que estaban cerca de él, incluyendo su hermana Luisa. Frase que repitió varias veces antes de oficiar la santa misa.Más tarde entraría el ejército callista al pueblo a buscar cristeros, estando por terminar la misa se escucharon los primeros balazos y tomando el copón con las hostias consagradas, apenas tuvo tiempode esconderlo. Pero fue descubierto y lo aprehendieron, suplicó a los soldados que le entregaran las hostias, y después de comulgar dijo a su hermana Luisa: “Cuídenlo y déjenme a mí, Dios proveerá”. Lo sacaron del atrio a empujones 8 soldados y a media cuadra, en una calle que ahora se llama Jesús Méndez, junto a unos magueyes le dispararon los ocho soldados, tres veces cada uno y ningún dispar o hizo blanco, un oficial lo esculcó y le quitó un crucifijo y al abrir el Padre los brazos en cruz le disparó el soldado en la sien izquierda, el Padre cayó bendiciendo a los soldados. Muchas gentes se acercaron a empapar lienzos con la sangre para conservarlos como reliquia.
Eran como las 7 de la mañana. El Padre estaba muerto a la vista de todos. Ese fue “el gran día” para él.Aunque ya tenía fama de santo, en su tumba empezó la veneración e invocando su intercesión Dios otorgaba desde entonces muchos milagros. Personas de edad avanzada platican a sus hijos, nietos y familiares lo que él hizo y como murió por Cristo, se encomiendan a él en sus necesidades pues aseguran haber recibido por su intercesión curaciones y milagros, milagros que van creciendo, milagros documentados y firmados por doctores que no se explican las curaciones, y que solo saben que fue invocado el Padre Méndez. A partir de entonces se le conoció como Siervo de Dios y cuarenta y cinco años después se inició el proceso de beatificación y fue elevado a los altares.
CRÓNICA A Y TESTIGO DE LA BEATIFICACIÓN DEL PADRE JESÚS MÉNDEZ MONTOYA.
J. Manuel Lara Martínez, Cronista. – CD. Del Vaticano, (Roma, Italia) 22 de noviembre de 1992.
Más de diez mil mexicanos estuvimos presentes en la basílica de San Pedro en el Vaticano con motivo de la beatificación de 25 mártires de México que ofrendaron sus vidas por Cristo rey durante la persecución religiosa de 1917 a 1929.Fue de manera muy especial, emocionante para los Tarimbarenses y michoacanos que tuvimos la dicha de ser testigos presenciales de este hecho histórico, pues el Padre Méndez fue de entre todos el único Michoacano (de Tarímbaro) y que hoy está en los altares del templo de esta cabecera parroquial, en Huetamo, en Pedernales, en la catedral de Tacámbaro, en la catedral de Morelia, en el estado de Michoacán y en el templo parroquial de Valtierrilla, en el estado de Guanajuato. Para nosotros como católicos y por lo que este acontecimiento encierra fue una ceremonia inolvidable,todavía cierro los ojos, me veo y me siento ahí, en la nave central de la basílica sudando y temblando de emoción.
Todo inició a las 08:30 a.m. del día 22 de noviembre, en la festividad de Cristo rey cuando entramos a la imponente Basílica (previamente nos entregaron un tarjetón para indicarnos el lugar que habríamos de ocupar) que se vistió de gala con todas las luces encendidas. A los lados del altar había dos pinturas que fueron descubiertas al momento de la beatificación, una representaba a los mártires elevándoseen el aire y Cristo los esperaba con los brazos abiertos, el otro, la imagen de la única mujer beatificada,la madre sor María de Jesús Sacramentado Venegas. Algunos sacerdotes y religiosas narraron parte dela vida y obra de los mártires.A las 09:30 a.m. aparecieron formados por la puerta lateral derecha un grupo de obispos, luego otro grupo de cardenales y al final apareció la figura tan esperada de S.S. Juan Pablo II custodiado por doce guardias suizos, en todo el ambiente se escuchaba un coro monumental que entonaba “tú eres Pedro…”.Los aplausos y las lágrimas nos hacían palpitar más aprisa el corazón, sobre todo cuando pasó el Papa sonriendo y saludando junto a nosotros, solo nos separaba de él una valla de madera, a un metro de nosotros pasó el Papa.
Con nuestras cámaras en las manos no sabíamos qué hacer, si gritar, cantar o reír porque un nudo nos lastimaba la garganta, solo atinábamos a grabar en nuestros ojos y en nuestra mente aquella figura, aquella cara, aquella mano que se movía bendiciendo a todos a su paso. Fueron unos minutos que sentimos no estar en la tierra, algo que no se puede decir con palabras y que sí se quedaba grabado para siempre en el corazón y en el recuerdo.Antes de las lecturas se realizó el rito de la beatificación.
Rito de la beatificación.Se acercó a la cátedra del santo padre y a nombre de los obispos mexicanos el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo y pidió que se procediera a la beatificación de los venerables siervos de Dios y mártires mexicanos.“Beatísimo padre, los ordinarios de Guadalajara, Durango, Chihuahua, Morelia, Chilpancingo-Chilapa y Colima humildemente pedimos a su santidad se digne incluir en el número de los beatos a los venerables siervos de Dios y a María de Jesús Sacramentado Venegas, virgen, fundadora de la congregación de las hijas del sagrado corazón de Jesús.Todos de pie, tan solo el santo padre permanece sentado y pronuncia solemnemente la:Fórmula de la beatificación.“Nos, acogiendo el deseo de nuestros hermanos Juan Jesús cardenal Posadas Ocampo, arzobispo deGuadalajara, Antonio López Ávila, arzobispo de Durango, José Fernández Arteaga, arzobispo de Chihuahua, Estanislao Alcaraz Figueroa, Arzobispo de Morelia, Efrén Ramos Salazar, obispo de Chilpancingo-Chilapa y Gilberto Valbuena Sánchez, Obispo de Colima y de los postuladores, así como de otros muchos hermanos fieles, después de haber escuchado el parecer de la congregación para las causas de los santos, con nuestra autoridad apostólica declaramos que los venerables siervos de Dios Cristóbal Magallanes y 24 compañeros mártires y María de Jesús Sacramentado Venegas, virgen, de ahora en adelante pueden ser llamados beatos, y se podrá celebrar su fiesta, en los lugares y en el modo establecido por el derecho cada año en el día 25 de mayo para Cristóbal Magallanes y 24 compañeros mártires, y el 30 de junio para María de Jesús Sacramentado Venegas, virgen, día de su nacimiento al cielo.En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.El coro cantó: Cristo vence, Cristo reina, Cristo, Cristo impera. Y en la morada de los santos resplandecen coronados de gloria tus siervos que amorosamente interceden por nos.El cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo agradece al santo padre por la beatificación recién realizada.
“Beatísimo padre, los ordinarios de Guadalajara, Durango, Chihuahua, Morelia, Chilpancingo-Chilapa agradecen de todo corazón a su santidad haber proclamo hoy beatos a los venerables siervos de Dios Cristóbal Magallanes y 24 compañeros mártires y María de Jesús sacramentado Venegas, virgen”. Elsanto padre entona: gloria in Excelsis Deo. Juan Pablo II exaltó las virtudes de heroísmo, santidad yfidelidad de los mártires mexicanos que son ejemplo para los católicos.Y el himno guadalupano se escuchó, “Desde el cielo una hermosa mañana, la Guadalupana, laGuadalupana bajó al Tepeyac”… El Santo Padre volvió a pasar cerca de nosotros, aquel en quien lasenfermedades, las operaciones y los problemas han dejado su huella.Salimos a la enorme plaza y en diez minutos se asomó el Papa por una ventana de la residencia papal ydesde ahí nos bendijo, bendijo a la ciudad y al mundo y refiriéndose a la gran cantidad de mexicanosque estábamos en la plaza dijo: “Virgen de Guadalupe, ya les di la bendición a los tuyos, adiósmexicanos, adiós”.De pronto todos empezamos a corear ¡México!, ¡México!, ¡México!Y nos dejó imaginando verlo todavía apretando las reliquias que nos había bendecido momentos antes.
Los grupos de mariachis lanzaron al viento sus notas musicales y entonamos canciones mexicanas. Nos fuimos retirando poco a poco con una emoción que ahora nos embarga cuando recordamos aquellos inolvidables momentos.
Homilía de SS Juan Pablo II en la misa de canonización.
Para participar en esta solemne celebración, honrando así la memoria de estos ilustres hijos de la Iglesia y de vuestra Patria, habéis venido numerosos peregrinos mexicanos, acompañados por un nutrido grupo de Obispos. A todos os saludo con gran afecto. La Iglesia en México se regocija al contar con estos intercesores en el cielo, modelos de caridad suprema siguiendo las huellas de Jesucristo. Todos ellos entregaron su vida a Dios y a los hermanos, por la vía del martirio o por el camino de la ofrenda generosa al servicio de los necesitados. La firmeza de su fe y esperanza les sostuvo en las diversas pruebas a las que fueron sometidos. Son un precioso legado, fruto de la fe arraigada en tierras mexicanas, la cual, en los albores del Tercer milenio del cristianismo, ha de ser mantenida y revitalizada para que sigáis siendo fieles a Cristo y a su Iglesia como lo habéis sido en el pasado.
En la primera lectura hemos escuchado cómo Pablo se movía en Jerusalén "predicando públicamente el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron suprimirlo" (Hch 9, 28-29). Con la misión de Pablo se prepara la propagación de la Iglesia, llevando el mensaje evangélico a todas las partes. Y en esta expansión, no han faltado nunca las persecuciones y violencias contra los anunciadores de la Buena Nueva. Pero, por encima de las adversidades humanas, la Iglesia cuenta con la promesa de la asistencia divina. Por eso, hemos oído que "la Iglesia gozaba de paz [...] Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor y se multiplicaba animada por el Espíritu Santo" (Hch 9,31).
Bien podemos aplicar este fragmento de los Hechos de los Apóstoles a la situación que tuvieron que vivir Cristóbal Magallanes y sus 24 compañeros, mártires en el primer tercio del siglo XX. La mayoría pertenecía al clero secular y tres de ellos eran laicos seriamente comprometidos en la ayuda a los sacerdotes. No abandonaron el valiente ejercicio de su ministerio cuando la persecución religiosa arreció en la amada tierra mexicana, desatando un odio a la religión católica. Todos aceptaron libre y serenamente el martirio como testimonio de su fe, perdonando explícitamente a sus perseguidores. Fieles a Dios y a la fe católica tan arraigada en sus comunidades eclesiales a las cuales sirvieron promoviendo también su bienestar material, son hoy ejemplo para toda la Iglesia y para la sociedad mexicana en particular.
Tras las duras pruebas que la Iglesia pasó en México en aquellos convulsos años, hoy los cristianos mexicanos, alentados por el testimonio de estos testigos de la fe, pueden vivir en paz y armonía, aportando a la sociedad la riqueza de los valores evangélicos. La Iglesia crece y progresa, siendo crisol donde nacen abundantes vocaciones sacerdotales y religiosas, donde se forman familias según el plan de Dios y donde los jóvenes, parte notable del pueblo mexicano, pueden crecer con esperanza en un futuro mejor. Que el luminoso ejemplo de Cristóbal Magallanes y compañeros mártires os ayude a un renovado empeño de fidelidad a Dios, capaz de seguir transformando la sociedad mexicana para que en ella reine la justicia, la fraternidad y la armonía entre todos.
Para participar en esta solemne celebración, honrando así la memoria de estos ilustres hijos de la Iglesia y de vuestra Patria, habéis venido numerosos peregrinos mexicanos, acompañados por un nutrido grupo de Obispos. A todos os saludo con gran afecto. La Iglesia en México se regocija al contar con estos intercesores en el cielo, modelos de caridad suprema siguiendo las huellas de Jesucristo. Todos ellos entregaron su vida a Dios y a los hermanos, por la vía del martirio o por el camino de la ofrenda generosa al servicio de los necesitados. La firmeza de su fe y esperanza les sostuvo en las diversas pruebas a las que fueron sometidos. Son un precioso legado, fruto de la fe arraigada en tierras mexicanas, la cual, en los albores del Tercer milenio del cristianismo, ha de ser mantenida y revitalizada para que sigáis siendo fieles a Cristo y a su Iglesia como lo habéis sido en el pasado.
En la primera lectura hemos escuchado cómo Pablo se movía en Jerusalén "predicando públicamente el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron suprimirlo" (Hch 9, 28-29). Con la misión de Pablo se prepara la propagación de la Iglesia, llevando el mensaje evangélico a todas las partes. Y en esta expansión, no han faltado nunca las persecuciones y violencias contra los anunciadores de la Buena Nueva. Pero, por encima de las adversidades humanas, la Iglesia cuenta con la promesa de la asistencia divina. Por eso, hemos oído que "la Iglesia gozaba de paz [...] Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad al Señor y se multiplicaba animada por el Espíritu Santo" (Hch 9,31).
Bien podemos aplicar este fragmento de los Hechos de los Apóstoles a la situación que tuvieron que vivir Cristóbal Magallanes y sus 24 compañeros, mártires en el primer tercio del siglo XX. La mayoría pertenecía al clero secular y tres de ellos eran laicos seriamente comprometidos en la ayuda a los sacerdotes. No abandonaron el valiente ejercicio de su ministerio cuando la persecución religiosa arreció en la amada tierra mexicana, desatando un odio a la religión católica. Todos aceptaron libre y serenamente el martirio como testimonio de su fe, perdonando explícitamente a sus perseguidores. Fieles a Dios y a la fe católica tan arraigada en sus comunidades eclesiales a las cuales sirvieron promoviendo también su bienestar material, son hoy ejemplo para toda la Iglesia y para la sociedad mexicana en particular.
Tras las duras pruebas que la Iglesia pasó en México en aquellos convulsos años, hoy los cristianos mexicanos, alentados por el testimonio de estos testigos de la fe, pueden vivir en paz y armonía, aportando a la sociedad la riqueza de los valores evangélicos. La Iglesia crece y progresa, siendo crisol donde nacen abundantes vocaciones sacerdotales y religiosas, donde se forman familias según el plan de Dios y donde los jóvenes, parte notable del pueblo mexicano, pueden crecer con esperanza en un futuro mejor. Que el luminoso ejemplo de Cristóbal Magallanes y compañeros mártires os ayude a un renovado empeño de fidelidad a Dios, capaz de seguir transformando la sociedad mexicana para que en ella reine la justicia, la fraternidad y la armonía entre todos.
VISITA TARÍMBARO LUGAR DE SAUCES Y
TIERRA DEL PULQUE.
Parroquia de San Miguel Arcángel y Nuestra Señora de la Escalera.
En las religiones primitivas era una simple piedra donde se realizaban los sacrificios, posteriormente se habilitó una loza de piedra o de bronce donde colocaban las ofrendas para las deidades e iban cambiando de humanos a animales, frutos, granos, etc. Los griegos y los romanos alcanzaron una importancia cultural única. El Cristianismo dio un nuevo sentido al altar. Primero era una loza de mármol que se colocaba sobre el sepulcro de algún mártir, alcanzando luego una riqueza simbólica, pues el altar es una parte de Jesucristo como piedra angular de la iglesia y al mismo tiempo es la mesa de los sacrificios y es la actualización de su memorial y entrega. Con el tiempo los diferentes estilos artísticos y arquitectónicos han enriquecido el altar cada uno con su propia aportación: Gótico, barroco y clásico.
El majestuoso templo parroquial dedicado a San Miguel Arcángel fue terminado hacia 1580 con techo de paja a dos aguas y enlistado en el catálogo de monumentos coloniales de estilo plateresco (50 x 12 m.). Perdió su retablo primitivo, modificaron los capiteles de las pilastras, modernizada en parte su fachada, mutilado el atrio, no deja de causar admiración a los entendidos en arquitectura, así como el claustro de columnas monolíticas del viejo convento y “la capilla abierta” del portal de los peregrinos y donde se oficiaban las primeras misas.
En el libro “El Obispado de Michoacán en el siglo XVII” nos dice que en 1611 el pueblo de Tarímbaro que era doctrina y guardianía de Franciscanos, habitado en su mayoría por indios y que el cura del lugar ganaba cien pesos como salario y cincuenta fanegas de maíz pagadas por el encomendero Don Juan Sotelo Moctezuma, que por indicaciones de el Rey se le otorgaba vino y aceite. El tarasco (purépecha) era la lengua materna. En esos tiempos todavía existían los pueblos de Irapeo y Santiago, el primero conservaba su nombre prehispánico y al segundo ya se lo habían cambiado.
El hospital se sostenía solo de una cementera de maíz y una de trigo que trabajaban los indios.
En las religiones primitivas era una simple piedra donde se realizaban los sacrificios, posteriormente se habilitó una loza de piedra o de bronce donde colocaban las ofrendas para las deidades e iban cambiando de humanos a animales, frutos, granos, etc. Los griegos y los romanos alcanzaron una importancia cultural única. El Cristianismo dio un nuevo sentido al altar. Primero era una loza de mármol que se colocaba sobre el sepulcro de algún mártir, alcanzando luego una riqueza simbólica, pues el altar es una parte de Jesucristo como piedra angular de la iglesia y al mismo tiempo es la mesa de los sacrificios y es la actualización de su memorial y entrega. Con el tiempo los diferentes estilos artísticos y arquitectónicos han enriquecido el altar cada uno con su propia aportación: Gótico, barroco y clásico.
El majestuoso templo parroquial dedicado a San Miguel Arcángel fue terminado hacia 1580 con techo de paja a dos aguas y enlistado en el catálogo de monumentos coloniales de estilo plateresco (50 x 12 m.). Perdió su retablo primitivo, modificaron los capiteles de las pilastras, modernizada en parte su fachada, mutilado el atrio, no deja de causar admiración a los entendidos en arquitectura, así como el claustro de columnas monolíticas del viejo convento y “la capilla abierta” del portal de los peregrinos y donde se oficiaban las primeras misas.
En el libro “El Obispado de Michoacán en el siglo XVII” nos dice que en 1611 el pueblo de Tarímbaro que era doctrina y guardianía de Franciscanos, habitado en su mayoría por indios y que el cura del lugar ganaba cien pesos como salario y cincuenta fanegas de maíz pagadas por el encomendero Don Juan Sotelo Moctezuma, que por indicaciones de el Rey se le otorgaba vino y aceite. El tarasco (purépecha) era la lengua materna. En esos tiempos todavía existían los pueblos de Irapeo y Santiago, el primero conservaba su nombre prehispánico y al segundo ya se lo habían cambiado.
El hospital se sostenía solo de una cementera de maíz y una de trigo que trabajaban los indios.
HOMBRES QUE HAN FORJADO LA HISTORIA DE TARÍMBARO18 Nov. 1917 - Pbro. Don José Flores Gamiño – 5 Jul. 2992.
JOSÉ JESÚS MAGDALENO FLORES GAMIÑO, PÁRROCO DE TARÍMBARO
.En la colonial, monumental y palaciega ciudad de las canteras rosas, en el barrio de San José nació el 18 de
noviembre de 1917 un niño que llevó el nombre de JOSÉ JESÚS MAGDALENO, HIJO DE LOS SEÑORES Vicente Flores e Ignacia Gamiño. Fue bautizado el 26 de noviembre del mismo año, sus padrinos fueron Jesús y Concepción Núñez.Recibió la confirmación del señor arzobispo Don Leopoldo Ruiz y Flores el 18 de noviembre de 1918 en elsagrario de catedral siendo su padrino Celso Flores.Luego de sus estudios elementales ingresó al seminario de Morelia y de ahí partió a culminar sus estudios al seminario de Montezuma, Nuevo México, en los Estados Unidos.Recibió la tonsura el primero de noviembre de 1938, el lectorado y el hostiarado, el 13 de noviembre delmismo año. El Obispo Don Miguel Darío Miranda le impuso el exorcizado y el acolitado el 14 de mayo de1939.Recibió el Diaconado del Sr. Obispo Don Luis María Altamirano y Bulnes (el mismo que 21 años despuésvendía a coronar a Nuestra Señora) el 19 de noviembre de 1939. Y el mismo Obispo le confirió el presbiteradoel 1 de noviembre de 1940.Fue ordenado sacerdote en el templo parroquial del Señor San José (en el mismo barrio que había nacido)por el Excmo. Sr. Obispo Don Luis María Altamirano y Bulnes, el 21 de diciembre de 1940.Durante su fructífera vida tuvo los siguientes cargos:- Profesor de los seminarios de Montezuma y Morelia.-Ayudante de la Escuela del Apostolado.-Vicario cooperador de Zitácuaro y Angamacutiro.-Capellán de Coro en Pátzcuaro-Vicario fijo de San Pedro Jacuaro y Álvaro Obregón.-Administrador del Boletín eclesiástico,-Vicario ecónomo de Guarapo.-A Tarímbaro llegó como Vicario ecónomo, el 2 de octubre de 1956, venían con él su familia, Padre Madre yhermano Vicente, también seminarista y que le gustaba mucho el futbol, aquí fallecieron todos, sus padres demuerte natural y Vicente de un balonazo en la cabeza que recibió jugando el deporte que practicaba.-Recibió la investidura y tomó posesión como de Párroco de Tarímbaro el 9 de agosto de 1966.Párroco de la extensa parroquia de Tarímbaro, misma que atendió durante 36 años, perteneció al clerodiocesano, tomó voto de pobreza, fue un sacerdote muy sabio, culto, pobre, obediente y aunque sus padresdejaron muchos bienes materiales, nunca hizo uso de ellos, más de la mitad de su vida sacerdotal la ejercióaquí, su juventud, sus energías, su madurez y su senectud se desgastaron en Tarímbaro. Vistió siempre demanera sencilla, humilde y sus anteojos lucían pegados parches de cinta negra.Desde su llegada, el 2 de octubre de 1956 organizó, impulsó obras que fueron para beneficio de la comunidad,y aunque no de su dinero trabajó hombro a hombro con los hombres de este pueblo: perforación de pozospara agua potable, introducción de la energía eléctrica, carretera, caminos, capillas, deportes, hasta la cultura y recreación recibieron un fuerte impulso gracias a su visión organizadora.
Festivales con artistas famosos, conciertos de música popular en el recinto del monumental temploparroquial, era pues amante de las bellas artes y un acucioso investigador de la historia.A los 4 años de su llegada a Tarímbaro logró que la Santa Sede concediera la coronación Pontificia de Nuestra Señora de la Escalera -1960 cuando se llevaba a cabo el Concilio Vaticano II.
“Fue un hombre, un sacerdote culto, pobre, humilde y obediente” según palabras del Excelentímo SeñorArzobispo, Dr. Don Estanislao Alcaraz Figueroa durante la misa de cuerpo presente, 6 julio 1992.Muchos dones tenía aunque siempre fue discreto, por herencia de sus padres debió poseer muchas riquezas materiales que nunca disfruto ni aceptó, ni aceptó ostentosos regalos hasta automóviles rechazó pues a él legustaba anda a pie, vestía ropa sencilla y poquísimas veces estrenaba, bajo su sotana negra solo usaba una delgada camisa de manga corta, como que nunca tenía frío, no le vimos ni abrigos ni chamarras.
En lo personal y como catequista durante 15 años conviví mucho con quien fue mi maestro y amigo, de élaprendí mucho de sus investigaciones, sobre todo de la historia de nuestro pueblo, sabía hablar inglés,francés, italiano, raíces griegas y por supuesto latín, gustaba de la música clásica.
En las “grandes celebraciones” o festejos en su cumpleaños solo aceptaba un bistec asado, fríjoles de la olla y atole blanco.A lo largo de 17 años trabajó siempre con el apoyo de los fieles a través de comités para la reconstrucción del ex convento y templo parroquial y la decoración con hoja de oro de 24 kl del Santuario de Nuestra Señora dela Escalera .
Postulador y promotor en 1965 de la causa de beatificación del siervo de Dios Padre Jesús Méndez Montoya solicitó la coronación
Episcopal del Niño Jesús, que tiene la Virgen en su regazo
.- 1972 Solicitó el co-patronato de Nuestra Señora juntamente con San Miguel Arcángel
– 1978Contando con 75 años de edad había pensado pedir permiso para retirarse a descansar a Pátzcuaro, pero la muerte lo sorprendió (5 julio de 1992) en la casa parroquial el mismo año que fue beatificado el Padre Méndez. Y no alcanzó a ver realizado su anhelo de ver al Padre en los altares, pero nosotros sí, somos testigosde todo lo que hizo.Moreliano de nacimiento y Tarimbarense por adopción, se enraizó aquí y nos consideró su familia.
El último nombramiento que tenía era como miembro y encargado de la Comisión de Arte SacroCon cuánto amor y devoción hablaba de Nuestra Señora de la Escalera, a quien llevó siempre en su corazón y hoy descansa a sus piés.
1960 – Se construye la Torre derecha del Santuario de Nuestra Señora de la Escalera.
1960 – Coronación Pontificia de Nuestra Señora de la Escalera a solicitud de Don José Flores Gamiño.
1966 – Separación de esta parroquia de Chiquimitío y Téjaro
1967 – Es declarado como Santuario el templo de Nuestra Señora de la Escalera
1974 – Se jura el patronato de Nuestra Señora de la Escalera.
1968 – Don José Flores Gamiño promueve la causa de beatificación del Padre Méndez.
1978 – Coronación Episcopal del Niño Jesús
.En la colonial, monumental y palaciega ciudad de las canteras rosas, en el barrio de San José nació el 18 de
noviembre de 1917 un niño que llevó el nombre de JOSÉ JESÚS MAGDALENO, HIJO DE LOS SEÑORES Vicente Flores e Ignacia Gamiño. Fue bautizado el 26 de noviembre del mismo año, sus padrinos fueron Jesús y Concepción Núñez.Recibió la confirmación del señor arzobispo Don Leopoldo Ruiz y Flores el 18 de noviembre de 1918 en elsagrario de catedral siendo su padrino Celso Flores.Luego de sus estudios elementales ingresó al seminario de Morelia y de ahí partió a culminar sus estudios al seminario de Montezuma, Nuevo México, en los Estados Unidos.Recibió la tonsura el primero de noviembre de 1938, el lectorado y el hostiarado, el 13 de noviembre delmismo año. El Obispo Don Miguel Darío Miranda le impuso el exorcizado y el acolitado el 14 de mayo de1939.Recibió el Diaconado del Sr. Obispo Don Luis María Altamirano y Bulnes (el mismo que 21 años despuésvendía a coronar a Nuestra Señora) el 19 de noviembre de 1939. Y el mismo Obispo le confirió el presbiteradoel 1 de noviembre de 1940.Fue ordenado sacerdote en el templo parroquial del Señor San José (en el mismo barrio que había nacido)por el Excmo. Sr. Obispo Don Luis María Altamirano y Bulnes, el 21 de diciembre de 1940.Durante su fructífera vida tuvo los siguientes cargos:- Profesor de los seminarios de Montezuma y Morelia.-Ayudante de la Escuela del Apostolado.-Vicario cooperador de Zitácuaro y Angamacutiro.-Capellán de Coro en Pátzcuaro-Vicario fijo de San Pedro Jacuaro y Álvaro Obregón.-Administrador del Boletín eclesiástico,-Vicario ecónomo de Guarapo.-A Tarímbaro llegó como Vicario ecónomo, el 2 de octubre de 1956, venían con él su familia, Padre Madre yhermano Vicente, también seminarista y que le gustaba mucho el futbol, aquí fallecieron todos, sus padres demuerte natural y Vicente de un balonazo en la cabeza que recibió jugando el deporte que practicaba.-Recibió la investidura y tomó posesión como de Párroco de Tarímbaro el 9 de agosto de 1966.Párroco de la extensa parroquia de Tarímbaro, misma que atendió durante 36 años, perteneció al clerodiocesano, tomó voto de pobreza, fue un sacerdote muy sabio, culto, pobre, obediente y aunque sus padresdejaron muchos bienes materiales, nunca hizo uso de ellos, más de la mitad de su vida sacerdotal la ejercióaquí, su juventud, sus energías, su madurez y su senectud se desgastaron en Tarímbaro. Vistió siempre demanera sencilla, humilde y sus anteojos lucían pegados parches de cinta negra.Desde su llegada, el 2 de octubre de 1956 organizó, impulsó obras que fueron para beneficio de la comunidad,y aunque no de su dinero trabajó hombro a hombro con los hombres de este pueblo: perforación de pozospara agua potable, introducción de la energía eléctrica, carretera, caminos, capillas, deportes, hasta la cultura y recreación recibieron un fuerte impulso gracias a su visión organizadora.
Festivales con artistas famosos, conciertos de música popular en el recinto del monumental temploparroquial, era pues amante de las bellas artes y un acucioso investigador de la historia.A los 4 años de su llegada a Tarímbaro logró que la Santa Sede concediera la coronación Pontificia de Nuestra Señora de la Escalera -1960 cuando se llevaba a cabo el Concilio Vaticano II.
“Fue un hombre, un sacerdote culto, pobre, humilde y obediente” según palabras del Excelentímo SeñorArzobispo, Dr. Don Estanislao Alcaraz Figueroa durante la misa de cuerpo presente, 6 julio 1992.Muchos dones tenía aunque siempre fue discreto, por herencia de sus padres debió poseer muchas riquezas materiales que nunca disfruto ni aceptó, ni aceptó ostentosos regalos hasta automóviles rechazó pues a él legustaba anda a pie, vestía ropa sencilla y poquísimas veces estrenaba, bajo su sotana negra solo usaba una delgada camisa de manga corta, como que nunca tenía frío, no le vimos ni abrigos ni chamarras.
En lo personal y como catequista durante 15 años conviví mucho con quien fue mi maestro y amigo, de élaprendí mucho de sus investigaciones, sobre todo de la historia de nuestro pueblo, sabía hablar inglés,francés, italiano, raíces griegas y por supuesto latín, gustaba de la música clásica.
En las “grandes celebraciones” o festejos en su cumpleaños solo aceptaba un bistec asado, fríjoles de la olla y atole blanco.A lo largo de 17 años trabajó siempre con el apoyo de los fieles a través de comités para la reconstrucción del ex convento y templo parroquial y la decoración con hoja de oro de 24 kl del Santuario de Nuestra Señora dela Escalera .
Postulador y promotor en 1965 de la causa de beatificación del siervo de Dios Padre Jesús Méndez Montoya solicitó la coronación
Episcopal del Niño Jesús, que tiene la Virgen en su regazo
.- 1972 Solicitó el co-patronato de Nuestra Señora juntamente con San Miguel Arcángel
– 1978Contando con 75 años de edad había pensado pedir permiso para retirarse a descansar a Pátzcuaro, pero la muerte lo sorprendió (5 julio de 1992) en la casa parroquial el mismo año que fue beatificado el Padre Méndez. Y no alcanzó a ver realizado su anhelo de ver al Padre en los altares, pero nosotros sí, somos testigosde todo lo que hizo.Moreliano de nacimiento y Tarimbarense por adopción, se enraizó aquí y nos consideró su familia.
El último nombramiento que tenía era como miembro y encargado de la Comisión de Arte SacroCon cuánto amor y devoción hablaba de Nuestra Señora de la Escalera, a quien llevó siempre en su corazón y hoy descansa a sus piés.
1960 – Se construye la Torre derecha del Santuario de Nuestra Señora de la Escalera.
1960 – Coronación Pontificia de Nuestra Señora de la Escalera a solicitud de Don José Flores Gamiño.
1966 – Separación de esta parroquia de Chiquimitío y Téjaro
1967 – Es declarado como Santuario el templo de Nuestra Señora de la Escalera
1974 – Se jura el patronato de Nuestra Señora de la Escalera.
1968 – Don José Flores Gamiño promueve la causa de beatificación del Padre Méndez.
1978 – Coronación Episcopal del Niño Jesús